domingo, 23 de febrero de 2014

Si se rompe, no lo arregles: desactívalo

Hace no mucho, escribí un post sobre el doble estándard de los usuarios pasivos de Facebook. Esos que de jactan de nunca subir nada a Facebook pero se saben al derecho y al revés la vida de todos sus contactos, esos.

El Fb hace mucho no es lo que era. Dejó de ser un espacio para intercambio de información y para estar en contacto con tus amigos, y se volvió el chismógrafo del colegio. Y todo el mundo poniendo todas las restricciones imaginables: para que no me stalkee el ex, para que extraños no me encuentren en la red, para que solo los cercanos vean mis fotos, para que solo pocos puedan ver los posts de política y el resto no se sienta spammeado, para limitar mi perfil a ese colega que realmente nunca quise aceptar pero por diplomacia y tranquilidad laboral lo hice, o como mi amiga Gabi, que permite el acceso a su wall a una treintena de personas que, a su criterio,no somos gentuza chismosa. Así,  la lista de filtros va desde el pariente cercano al conocido, con un nivel de acceso e interacción distintas. 

Como ven, estas restricciones no son para evitar que extraños husmeen en nuestra vida privada, el problema que alguna vez todos tuvimos en Hi5. Es para evitar que un gran número de personas, muy mal colocados en la categoría de amigos, usen nuestras fotos y posts como objeto de molestia, reproche o burla.  Lo malo es que justo después de que una pasa tres horas poniendo filtros de seguridad, Facebook cambia los ajustes y gracias, de nuevo al cyberdesnudo. 
Las horas que he pasado ajustando la visibilidad de mi perfil...incontables. Porque me rehúso a dejar de subir mis fotos, me rehúso a dejar de comentar y me rehúso a dejar de subir artículos que me parecen interesantes. Y como muchos prefieren sufrir x la cantidad o el contenido de los posts ajenos en vez de usar el "hide", "unfollow" o "unfriend", uno debe autocensurarse por el propio bien. 
Porque la cantidad de conclusiones que se pueden sacar de un post son infinitas: si le gusta la política, es quejumbrosa; si postea frases religiosas es curuchupa, y si escribe frases a favor del matrimonio igualitario es una hereje que se quemará en el infierno. Historias verdaderas: hace poco fui víctima de lo que puedo definir solo como un verdadero linchamiento mediático familiar por parte de mis primos religiosos por un post de apoyo al matrimonio homosexual. Luego, la vez que alguien asumió que estaba deprimida por subir un post de psicología. O los que me han definido como "feminista" por apoyar el aborto y criticar la violencia contra la mujer. O la vez que un pariente cercano asumió que no le quería por no poner like en los 500 comments diarios que hacía. O cuando mi hermana asume que no hice algo que debía por estar en facebook ("te veo posteando toda la mañana") cuando realmente estaba en una reunión, una fila de banco o conferencia aburrida y no podía hacer nada más. 
Creo q estoy cansada de filtrar lo que pienso. Estoy cansada de chequear dos veces cada vez que quiero subir un post, para asegurarme que sea visible al grupo adecuado. Estoy cansada de llamar "amigos" a esos 850 individuos de quienes nunca supe nada cuando tuve un problema o me sentí sola. Y más cansada estoy de preocuparme por no importunarlos cada vez que subo algo, como si a ellos les importara un pepino como me siento yo. 
Todas estas observaciones llevaron a una conclusión: el Facebook y yo ya no nos llevamos bien. Y cuando algo se rompe, no lo arregles. Desactívalo. Así que, por primera vez en 7 años decidí salir provisionalmente. Desintoxicarme, escribir mis ideas y no desperdiciarlas en el status de alguien más. No quiero perder tiempo en restricciones o bloqueos. Ni quiero ser carne de cañón de los chismosos o desocupados. Seguro volveré, pero por el momento necesito el silencio del anonimato. Necesito ser yo, y no quienquiera que supuestamente soy cuando posteo algo. Ah, y de paso, quité el whatsapp de mi teléfono (razón: el típico  te veo online y no contestas) . 




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