lunes, 20 de enero de 2014

El Imperio Contraataca. Y yo no le respondo.

"Mind what you've learned. Save you it can"  ( Yoda, The Empire Strikes Back) 

Yo no necesito un novio. No señores, yo necesito un señor Miyagi. O un Yoda o un ObiWan. Porque andar sin brújula ni guía en el incomprensible mundo de las relaciones es una tarea más bien digna de un aspirante a héroe de box office que de una mujer común y corriente. Porque nuestra frágil conciencia se marea entre tantos consejos de las amigas, del psicólogo, de la mamá, de los libros de autoayuda, y de las chick flicks, que finalmente, en lugar de ayudar, nos terminan confundiendo, inmovilizando, nos hacen perder espontaneidad, y lo que es peor, no sirven para su objetivo último: retener a la    presa. 
Un señor Miyagi me miraría y me diría: Dont be afraid, Lolo San, the karate is in you Lolo San, reply the message you just got in whatsapp, me diría ( eso último a Daniel Larusso sí nunca le llegó a decir).... Yoda me diria "fear is the power of the dark side, fear leads to anger, anger leads to hate, hate leads to suffering", porque sabio como es entendería que un mensaje de ex (novio, bacile, sopita en bajo) que no se responde por miedo a reincidir o por orgullo solo lleva a tener iras x sentirnos cobardes, odiar al mensajero y finalmente sufrir y suspirar pensando "...y si le hubiera contestado?". 
Consultar sobre estos temas al ciudadano de a pie es aumentar el conflicto interior: "no te atrevas a contestarle" dirá la amiga que vivió de cerca el idilio y puso el hombro a las lágrimas; "no contestarle es darle mucha importancia" diría la hermana, siempre preocupada de que una no se vea como loba herida ante la gente; "no contestes tan rápido todos los mensajes q te mandan, pareces pato de toda boda",  diría la mamá ( si supiera lo q pasa, cosa q ya no sucede por su propio bienestar psicológico); las chick flicks nos dicen q el mensaje arrepentido es la antesala al happily ever after ("contesta ya!!") y el psicólogo analizaría una hora sobre esto de reincidir en patrones autodestructivos con narcisistas que aparecen y desaparecen a su antojo. 
Y yo, heme aquí, en entre en "send" y el "delete", entre el "hola!!!!!!!!" O el "hola" a secas, entre el "como te va mi amor, como te va" y el "si no supiste amar, ahora te puedes marchar", hecha bolas por algo tan simple como un mensajito que, quien sabe, podría ser nada más que el interés sincero de alguien que me tiene cariño, sin ser declaración de amor o intento de utilización fraudulenta. Es grave llegar a perder la espontaneidad sobre nuestros propios sentimientos, es triste tener que elaborar estrategias militares cada vez que un interés amoroso nos busca: "ni muy interesada ni muy indiferente" (what!?) "no le contestes tan rápido, va a pensar que te mueres por él" (pero sí me muero por él!) "si no le contestas va a pensar q sigues dolida por lo que te hizo" ( pero si sigo dolida!) ... Finalmente uno termina en un limbo de mediocridad comunicacional, con medias frases diplomáticas que sirven para todo menos para decirle lo que le queremos decir: "te extraño, creo q tu podrías ser el amor de mi visa, digo de mi vida, deja de ser tan huevón y dime que me extrañas"... Estoy segura que a él le pasa lo mismo. Porque nadie escribe un mensaje a media noche por puro small talk, se sabe. Pero a los 30 ya tenemos mucho equipaje, muchas heridas de guerra, hemos experimentado la angustia de ser el último en responder el mensaje, el último en colgar, el último en olvidar. No queremos sufrir más, y nos escondemos atrás de frases solapadas, tocando el agua con la punta del pie en lugar de lanzarnos a la piscina, y nos privamos de vivir el romance hoy, para no  llorar mañana. Las más cobardes, escribimos una hora en el blog, excusa para no contestar...porque finalmente, da igual: si le contesto se dará cuenta que le extraño y perderá el interés, y si no, será muy orgulloso para insistir. Parece que en esta guerra de falsa diplomacia no hay forma de ganar. (Aplasta "send", apaga el teléfono y finge dormir). 

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