sábado, 25 de enero de 2014

My two cents on Facebook

Hoy, durante un almuerzo de amigos, escuché el siguiente comentario: "viste la foto de Fulanita en Facebook? Qué verguenza salir asi?! Yo nunca subiría algo así a Facebook!" Y así continuaba horrorizada la indigana cybernauta. 
El polémico Facebook. Todos lo usan, todos niegan usarlo. Los más sinvergüenzas dicen que "lo odian" pero se saben al derecho y al revés todo lo que pasa con sus contactos. O como mi mamá, que se jacta de "no caer en eso del Facebook, que es tan horrible" pero me ruega que le enseñe cuantas fotos salen en mi cuenta de recién nacidos, novios, segundas nupcias, etc. Misma cosa. 
Facebook es una plaza pública virtual, finalmente, donde cada uno dice, sube y "likea" lo que le parezca. Porque el usuario está en la libertad de hacerlo, esa es la maravilla. Por eso siempre me ha parecido fuera de lugar que haya personas a quienes les moleste estas características típicas del FB y aun asi insistan en usarlo. Como alguien que va a una discoteca y se queja del ruido y del consumo de alcohol, pero está en el bar sin falta todos los días, despotricando igual de todo lo que al bar le hace bar. Absurdo. 
Mucho se ha dicho sobre los límites en la publicación, el número de fotos que uno debería subir, el tipo de status que uno debe tener, qué cosas likear o qué comentar. Me parece ridículo querer poner límites o establecer moldes a una herramienta que es lo que es por la libertad que tienen los usuarios de compartir información de todo tipo, desde fotos de pasteles hasta el texto de la más reciente sentencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos. 
Más ridículo aún es reprochar o reclamar a los usuarios que sí emplean Facebook para lo que es: subir de todo. 
Dejando de lado cuestiones evidentemente reprochables como el bullying, la pornografia o la explotación infantil virtual, prácticamente todo es publicable por Facebook. 
Los usuarios pasivos del Facebook, esos que se jactan de "nunca subir nada en Facebook", "es lo peor subir fotos/cambiar status/ postear noticias/", "yo casi nunca entro", son justamente los que más lo usan para enterarse de lo que hace el resto y tener material   de crítica, reproche, indignación o burla en su siguiente evento social. Basta escuchar sus conversaciones, llenas de fun facts de lo que fulanita o menganito posteó, pero no debía haber posteado, o si lo posteaba no lo hubiera hecho así, o el "like" que sutanito le puso en la foto de la ex que le ocasionó incidente con la nueva novia,etc. Se burlan de las fotos ajenas, destrozan a la que le cae mal (porqué aceptan un friend request de alguien que les cae mal en primer lugar, pregunto yo), o simplemente se comen cemento de absolutamente todo lo que alguien postea. Algunos, con memoria de elefante (y evidentemente mucho tiempo libre) se atreven a pedir explicaciones de los posts a sus autores cuando se los encuentran en alguna reunión, dos meses después de la publicación.   
No digo que yo nunca haya virado los ojos, soltado una carcajada o sentido indignación con ciertas publicaciones de Facebook, pero con el tiempo (y años de ejercer como defensora de la libertad de expresión), he aprendido a valorar que existan espacios como ése, donde uno puede decir y hacer pretty much lo que sea. Eso es valiosísimo.
Como algunos sospecharán, este manifiesto evidencia que soy una usuaria muy activa de Facebook: amo subir fotos: de mi bebé, de atardeceres, del increíble outfit que me armé o de los zapatos que me llegaron por correos;  amo compartir artículos interesantes sobre Derechos Humanos, maternidad, o cualquier irreverencia que encuentre en el Washington Post, y obviamente, si me siento de humor, cambiaré mi status con una frase smartass típica de mí, o alguna cita del libro que esté en mi cabecera en ese momento. En mi camino como usuaria activa de Facebook, me he encontrado con muchos  usuarios pasivos que se molestan por el hecho de que yo postee con frecuencia,  y en base a ese solo hecho- la cantidad de posts- sacan toda clase de conclusiones sobre la vida de uno, cuando seguramente no se molestan por leer ni uno de esos posts que tanto les estorba en su wall (A propósito, muchos se harían un favor a sí mismos leyendo alguno de los posts sobre política, relaciones internacionales y psicología que suelo subir; sería material más interesante para una sobremesa que el selfie de menganita o el profile pic de sutanito, cuyas vidas se saben de memoria) . 
Y sobre todo, es de tontos indignarse por los posts ajenos en Facebook, porque existe la opción "hide"!! Y la de "unfollow", y para casos críticos, el "unfriend"! Úsenlo! Porque en la oferta de publicaciones uno tiene la opción de decidir qué vé y que no, y si usted decidió entrar, vaguear y ver en Facebook, ni se queje ni critique. Uno en Facebook ve lo que quiere ver, y si algo le molesta no es culpa del autor, quien está ejerciendo correctamente su derecho de libertad de expresión, la culpa suya por no saber filtrar y por ser incoherente. Porque se necesita ser incoherente para persistir en ver algo que le causa indignación o molestia.  Y es incoherente usar Facebook para espiar, chismear y criticar, y a la vez quejarse de quienes le proveen de material. Es absurdo usar Facebook y quejarse de quienes postean, porque si todos le hiciéramos caso y dejáramos de postear, Facebook probablemente desaparecería, y a usted le tocaría buscarse un tema interesante de conversación con sus amigas, o leer, ponerse a trabajar en la oficina como se supone debería hacer en lugar de estar en el chisme, o, Dios no quiera, volver a Hi5. 
Así que dejemos la hipocresía: un usuario pasivo es tan obsesionado con el Facebook que el usuario activo, la diferencia entre unos y otros es quizás, la honestidad. 

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